COMO SEDUCIR A LA CHICAS DE TUS SUEÑOS

SI ESTÁN INTERESADO IRE ACTUALIZANDO DIARIAMENTE EL BLOG CON MATERIAL Y CONSEJOS NUEVOS DEJEN SUS COMENTARIOS SI HAY INTERESADOS

SIGUEME NO SERAS JOVEN POR SIEMPRE...

domingo, 3 de octubre de 2010

COMO HABLAR CON LAS CHICAS

Cuando de hablar con una mujer se trata, me he dado cuenta de que el problema de muchos hombres es que padecen un severo síndrome,
sobre qué se puede decir a las mujeres y qué no; sobre qué está bien y qué mal, las cuales les limitan, volviéndoles aburridos.

Si eres uno de ellos, mis propuestas te servirán para superar esas limitaciones tan perjudiciales.

Frases y diálogos para vacilarle
correctamente a una mujer e inyectar tensión
del tipo adecuado entre ambos,
convirtiéndote así en un desafío interesante
para ella.
"Te hacen falta clases privadas"
Esta es una de mis frases favoritas

Por ejemplo, recientemente estaba en un bar jugando al billar con una mujer muy atractiva a la que había conocido sólo media hora antes. En un momento concreto de la partida, ella hizo una jugada particularmente mala, echando a perder un golpe obvio.
Como si de un resorte se tratara, eso desencadenó en mí esta respuesta inmediata:
Yo: ¡Pero qué mala eres jugando a esto!
Te hacen falta clases privadas. Yo podría dártelas, pero cobro por ello, y te advierto que no soy precisamente barato ¿Vas a poder pagarme?
Usualmente, las mujeres responden de dos formas diferentes a esta innegable provocación.
Tratando de negar que a ellas les hagan falta clases, y sugiriendo que soy yo quien las necesita:

Ella: ¡Ja, ja! ¿Clases privadas tú a mí? ¡Venga ya! En todo caso, soy yo la que tendría que dártelas a ti.
En este punto, contraataco fuertemente, con una frase que les hace rabiar:

Yo: Pues como no sean clases de hacer ganchitos… porque lo que está claro es que esto del billar se te da fatal ¿eh?.
De este modo, hecho leña al fuego de la tensión entre ambos y la hago pensar, consciente o subconscientemente: “Desde luego, este tipo es un pasado. Pocos se han atrevido a decirme algo así” Otra forma habitual que tienen de responder a la provocación es interesándose, entre risas, por esas ficticias clases a las que aludo: ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cuánto?
No hay duda de que ésta es una situación incluso más
ventajosa que la anterior. Por ejemplo.

Ella: ¿Y, a ver, cuánto cuestan esas clases?
Yo: MÁS de lo que puedes pagar. Olvídalo. No sé ni por qué te lo he dicho. De esa forma, la descalifico fingidamente, sugiriendo que no podría pagar todo lo que valgo, aunque se lo propusiera. Con frecuencia, al hacer esto conseguirás que ella vuelva a insistir una vez tras otra.
Ella: Vamos ¿cuánto?
Yo: Déjalo. Te escandalizarías si te lo dijera. Esas clases siempre me las cobro en carne. Hay algunas cosas para las que una niñita inocente como tú no está preparada.

POR FAVOR COMENTEN ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario